En Roskilde, a 30 km al oeste de Copenhague, el pionero danés del reciclaje de metales apuesta por los «rayos X» o, mejor dicho, por la tecnología de transmisión de rayos X de Steinert. Concretamente en la producción del aluminio más puro. El aluminio le está ganando terreno a materiales como el acero y es 100 % reciclable, por lo que este metal tiene un futuro muy prometedor. El uso de aluminio secundario, también denominado Green Aluminium, ahorra hasta un 90 % de energía en la producción en comparación con las materias primarias, lo que se traduce en la reducción de toneladas de emisiones de CO2. Al utilizar aluminio reciclado para la producción de nuevos productos, los fabricantes de aluminio demandan una alta pureza constante de la materia prima secundaria. «Es uno de los retos que resuelve la tecnología de separación», comenta Jesper Fournaise, responsable de la producción y venta de aluminio. Durante la separación con la tecnología de rayos X, la densidad es el criterio de diferenciación decisivo. La clasificación se realiza de forma muy precisa y permite la producción de metales de alta calidad. El sistema de separación se utiliza, por ejemplo, para separar metales pesados libres, partes compuestas de aluminio, magnesio libre y partes de aluminio laminado y aluminio fundido
El desarrollo tecnológico hace posible la sostenibilidad
«Somos los dioses verdes», comenta Jesper Fournaise al describir a su equipo, y explica que transforman la chatarra en material reciclable que se incorpora de nuevo al ciclo de producción. Es evidente, afirma con seriedad. «En mi casa separamos la basura como nadie. Y también se lo enseñamos a nuestros hijos». Al preguntarle qué es lo que más ha cambiado en los últimos años, responde: «Antes, la chatarra se enviaba al Lejano Oriente, donde se separaba manualmente sin saber qué pasaba con el material. El desarrollo tecnológico en la separación marca una de las mayores diferencias. Ahora, gracias a la tecnología de rayos X, podemos proporcionar las máximas calidades que hacen posible el reciclaje de metal en nuestro propio país».
Fournaise apunta que hace tiempo que el precio de venta de un metal dejó de ser lo único importante para tener en cuenta la documentación de la manipulación de los flujos de materiales, como las rutas de transporte. «Nuestros clientes, es decir, los fundidores, reducen el CO2 mediante el uso de materias primas secundarias, siendo la separación una de las fases previas más importantes». Y es que, al fin y al cabo, el balance ecológico de las materias primarias se compara con el uso de materias primas secundarias. Durante su fabricación, el equipo de Jesper Fournaise apuesta completamente por la calidad, que no solo les define a ellos mismos, sino a sus clientes. «Puesto que se trata de calidades próximas al aluminio primario, nos decidimos por la tecnología de separación de Steinert. Steinert alcanza los valores específicos requeridos del cobre, el zinc, el manganeso y el magnesio. Hemos realizado pruebas continuamente y ahora tenemos una calidad que es la adecuada».
«La exigencia de nuestros clientes», contesta Jesper Fournaise a la pregunta de qué es lo que impulsa a su equipo y cómo afrontan las decisiones sobre la nueva tecnología. Y si las necesidades son más concretas, la empresa danesa Viggo Bendz interviene para asesorar a Steinert durante el proceso de innovación. Los ensayos en el Steinert Test Center de Colonia son muy útiles para el ajuste preciso de los programas de separación y para formar a los empleados.